martes, 26 de mayo de 2009

Analogías entre el Rise of Nations y el Plan Estratégico para la Defensa de Brasil: Lecciones para la Argentina.

La primera analogía no debe despertar mayor sorpresa, se trata de una vieja máxima de la política exterior brasileña y que Mangabeira Unger y Jobim repiten hasta el cansancio y, por supuesto, es mencionado en el Plan Estratégico para la Defensa de Brasil (PEDB). Se trata de la necesaria relación existente entre el desarrollo y la defensa. Como en pocos juegos de estrategia, existe una nítida relación entre desarrollo y defensa en el Rise of Nations. De no mantenerse a la vanguardia del desarrollo científico, el jugador podrá verse en la incomoda situación de enfrentarse a los terribles Tiger alemanes, con una simple caballería de húsares o, en un estadio posterior, enfrentarse a los F-114 americanos con simples cañones antiaéreos de la 2 GM.

Si bien está analogía podrá parecer obvia y propia de casi cualquier juego de estrategia, pasemos ahora a analizar las Directrices de la Estrategia Nacional de Defensa del PEDB. Luego de la revalidación de la disuasión, el segundo punto es la necesidad de reorganizar a las FF AA bajo el trinomio de Monitoreo-control, Movilidad y Presencia. El PEDB advierte que Brasil es inmenso y que no pueden afrontar los gastos de tener presencia en todo el territorio brasileño, por lo tanto, se debe proceder a compensar, vía Monitoreo-control. Sucede lo mismo en el Rise of Nations, el juego se caracteriza por la enormidad de las pantallas y la necesidad de levantar Watch Towers y otros elementos de monitoreo.

Complementariamente, el PEDB afirma que se debe contar con Movilidad Estratégica, es decir, la capacidad de responder prontamente a cualquier amenaza que surja en cualquier parte del territorio. Exactamente, lo mismo debe procurar de hacer cualquier jugador del Rise. Además de colocar a sus tropas en un punto medio, desde donde le sea fácil lanzarse a repelar cualquier invasión, el jugador debe tomar la decisión de sí apuesta a la infantería o a la caballería. Mientras que los primeros se “producen” rápido, en grandes números y son resistentes, los segundos ganan en movilidad y potencia de fuego, pero son más lentos de “producir”.Tanto en la realidad como en el juego la respuesta a este dilema es la misma: se debe combinar armas y ser conducidas por un único mando. Y ese es, justamente, el punto 7 de las Directrices: “unificar las operaciones de las tres fuerzas bajo el mando del Ministerio de Defensa y del Estado Mayor de la Defensa que será reestructurado como Estado Mayor Conjunto de las FF AA”.

En cuanto a las Directrices, la última analogía es el punto 21. El mismo advierte que ante una degeneración del contexto global, Brasil debe estar listo para tomar medidas de resguardo del territorio, líneas marítimas de comercio, plataformas petrolíferas y espacio aéreo. Lógicamente, en el Rise, como en cualquier otro juego de estrategia, ya nos encontramos en una situación de degeneración. Pero, las medidas a tomar en el juego son las mismas que procura el PEDB. En este sentido, se debe proceder a constituir una flota, un ejército y un sistema de misiles antiaéreos con el propósito de resguardar las líneas marítimas de comunicación y las plataformas, el territorio y el espacio aéreo, respectivamente.

Por último, el PEDB señala los objetivos para la Marina de Guerra de Brasil y aquí hay dos analogías. El primero es el punto 2 afirma la aplicación de la doctrina del desarrollo desigual y conjunto. Básicamente, se propone un desarrollo de las fuerzas navales en tercios: un componente submarino, componente de superficie y un componente aeroespacial. Volviendo al Rise, cualquier jugador que deba enfrenar a un adversario que se encuentre en la otra orilla, deberá primero hacerse con el dominio de las aguas. Este objetivo solo será posible por la construcción de una fuerza naval en tercios. El centro será el portaaviones, los cruceros y los acorazados constituirán el grueso de la flota y por último, pero no menos importante, los submarinos.
En segundo lugar, el punto 3 advierte que el principal objetivo será negar el uso del mar al enemigo y en este sentido, se prioriza a los submarinos como el componente a desarrollar primero. Lo mismo podemos decir del juego, la primer arma a construir una vez que se levanta el puerto-astillero son los submarinos. Estos son los que mayor poder defensivo cuentan ya que pueden atacar a cualquier unidad naval. No así el resto de los navíos.

Lecciones para la Argentina.

En conclusión, el Rise of Nations demuestra la validez y vigencia del pensamiento estratégico brasileño que la Argentina debería incomparar. La principal lección que nuestro país debería hacer suya, es la asociación del desarrollo con la defensa. En la Argentina, a lo largo de distintos períodos históricos, privilegio la defensa a costa del desarrollo o al desarrollo a costa de la defensa. Pero pocas veces y por poco tiempo, se tuvo una visión integral. La asociación de desarrollo y defensa tendrá como efecto secundario un incremento en las inversiones en los procesos de R&D, un relativo resurgimiento industrial sobre bases sustentables y, posiblemente, una mayor diversificación de la canasta de productos exportables.

Frente a las críticas que sugieren que la Argentina no puede darse el lujo de financiar un desarrollo industrial para la defensa, simplemente pasaremos revista por algunos números. El presupuesto nacional para el 2008 totalizo una suma de 161 486 millones de pesos, de los cuales se destinaron al sector de la defensa 8 965 millones[1]. Pero de esta suma, los salarios se llevaron la parte del león con el 71%. Por lo tanto, el dinero para invertir en el sector fue de apenas 2 600 millones de pesos. Un cifra insignificante en el marco del presupuesto. Por poner solo un ejemplo, durante la crisis energética del 2006 se gastó una cifra similar (2 284 millones de pesos) en la importación de fueloil venezolano para alimentar a las centrales térmicas[2].

Si existiera voluntad política, fácilmente se podría duplicar la inversión.


[1] Revista Def, Año3, N° 28, diciembre 2007.
[2] Rafael Mathus Ruiz “Kirchner ya duplicó en gasto público.” Diario La Nación, Suplemento Economía y Negocios, 19 agosto 2006.