martes, 23 de junio de 2009

Análisis de la 1° Cumbre del BRIC

Por Juan Pippia, licenciado en Ciencia Política de la UBA y estudiante de la maestría de Relaciones y Negociaciones Internacionales de Flacso-San Andrés.

La Primer Cumbre del BRIC en Ekaterimburgo, Rusia arrojó un único consenso fuerte: los Países en Desarrollo (PED), liderados por las Potencias del BRIC, deben tener mayor injerencia en la construcción de un nuevo orden financiero global, así como también en el diseño de la nueva arquitectura de las instituciones financieras, como el FMI y el BM. En este sentido, propusieron una mayor diversificación del sistema internacional de divisas, lo que implica desmonopolizar el dominio del dólar estadounidense, el euro, el yen y la libra esterlina. Y mayor participación de los PED en las instituciones financieras.

¿Hacia la perdida del monopolio de las monedas Occidentales?

En cuanto a la primer propuesta (la desmonopolización de las divisas) solo se pueden plantear objetivos mínimo y de largo plazo. Las medidas más efectivas, son de carácter bilateral, como la exclusión del dólar en las transacciones comerciales bilaterales, como es el caso entre Argentina y Brasil. O como el establecimiento de arreglos de canje bilateral de divisas, sin incurrir a la moneda de un tercer, es decir al dólar, denominados swap. Tal como el que la Argentina acordó con China en abril de 2009[1].
Por su parte, Rusia pidió que los DEG (derechos especiales de giro, activos de reserva a disposición de los miembros del FMI) no solo incluya a las monedas tradicionales de Occidente, sino también al Rublo, Yuan, los dólares canadienses y australianos y al oro. Básicamente, propone licuar el poder de las monedas Occidentales vía la creación de una canasta de monedas[2]. Más ambiciosa fue la propuesta China que sugirió la creación de una moneda internacional de reserva, que en el largo plazo, reemplace al dólar. Según el premier chino, Wen Jiabao, dado que la mayoría de los países concentra sus activos en dólares, se tiende a exagerar los tamaños de los flujos y exacerba la volatilidad de los sistemas financieros y, por lo tanto, la adopción de una moneda internacional, facilitará el manejo de las economías[3]. China también ha actuado de forma unilateral. En el 2007, aporto unos 3 000 millones de dólares y adquirió una participación en el fondo privado de inversión, Blackstone y de esta forma, comenzó una activa política de diversificación de sus reservas[4]. En síntesis, la propuesta china busca desprenderse de sus enormes reservas en dólares, sin que se deprecie la divisa estadounidense y, ese es el verdadero motivo por el cual insiste en crear alguna suerte de moneda internacional.

Los analistas son muy escépticos sobre la posibilidad de generar una nueva moneda. Sencillamente, como cualquier otro producto, debe haber una demanda. Barry Eichengreen, especialista de la universidad de California en Bekerley, afirma que “no aparecen espontáneamente sólo porque el presidente del Banco Central de China sugiere que sería una buena idea[5].” Además de las dificultades económicas, se presentan aún mayores obstáculos políticos. ¿Por qué los EE UU, Gran Bretaña, la UE y Japón promoverían un régimen que relativice el rol de sus monedas?

Instituciones de la posguerra vs BRIC.

Una segunda batalla será lograr mayor representación en las instituciones financieras. Actualmente, el procedimiento de toma de decisiones tanto en el FMI y el BM son anacrónicas y antidemocráticas.

Son anacrónicas porque el diseño institucional refleja las ideas y la distribución de poder propia de la temprana Guerra Fría, con un claro predominio de los EE UU y sus aliados más cercanos. En ese entonces, la mayoría de los países en desarrollo se hallaban aun en situación de colonia o dominados por las tropas soviéticas y por lo tanto excluidos de la posibilidad de participar (por más no sea simbólicamente). El resultado de esta repartición anacrónica del poder es que países con tamaños de PBI semejantes, como lo son Italia y China, cuentan con distinto porcentaje de votos, siendo 4,18 para los italianos y 2,94 para los chinos.

Tampoco es democrático “...en los organismos financieros internacionales rige un principio plutocrático que vincula riqueza y poder, al otorgar poder de voto en función de la participación en el capital de la institución[6]”. A diferencia de la Asamblea General de las Naciones Unidas, donde cada Estado cuenta con un voto, tanto en el FMI como en el BM existe un voto ponderado que es determinado por las cuotas y el capital suscripto. De esta forma hay una sobrerepresentación de Europa Occidental y una subrepresentación de las economías emergentes. Además no hay posibilidades de reforma por más que se alcance una mayoría, ya que se exige una súper-mayoría del 85%, lo que implica, indefectiblemente, la aprobación de Washington quien posee el 17% de los votos.

Si las Potencias del BRIC desean ampliar su porcentaje de votos deberá negociar e impulsar reformas tendientes a una mayor representatividad de los organismos internacionales de crédito. José Sanahuja, docente de la universidad complutense de Madrid, enuncia una serie de reformas que beneficiarían a economías emergentes. Una de ellas es elaborar “una nueva fórmula de cálculo de las cuotas basadas en la renta nacional ajustada a la paridad del poder adquisitivo. Esto sería más estable y realista y corregiría la subvaloracion del tamaño de algunas países en desarrollo[7]...”Al contar la paridad de poder adquisitivo, por ejemplo, la economía de China quedaría en un segundo lugar solo detrás de los EE UU. Demás esta decir, que actualmente China cuenta con el mayor superávit de balanza de pagos, no tiene deuda publica y su situación fiscal es estable, por lo tanto no seria ningún problema aportar capitales para dichos organismos. Otra reforma que propone Sanahuja, y seria del agrado de Beijing, es “el cambio en las cuotas y la participación accionarial debería conducir a la reestructuración del Directorio Ejecutivo y a un incremento en el número de sillas en manos de los países en desarrollo[8]”. De esta forma, Beijing también tendría ingerencia en las decisiones sobre las asignaciones de créditos.

Conclusiones y perspectivas.

A pesar de contar con la oportunidad (esta es la crisis financiera global) y contar con fortalezas (estas son las grandes reservas acumuladas en los últimos años) difícilmente los BRIC puedan empujar las reformas, por si solos. Esto se debe a dos factores.

En primer lugar, la negativa de los EE UU y el G-7. Washington acepta que organismos regionales (como el BID) sean más permeables a los intereses de los PED pero difícilmente lo sea a una instancia más elevada como lo son el FMI y el BM. Esto es así porque para Washington y sus aliados pesan también consideraciones geopolíticas. Permitirle a China o Rusia tener mayor voz y voto en los organismos de crédito multilaterales sería abrirles la puerta a un club, donde todavía no son bienvenidos.

En segundo lugar, debemos recordar que las economías emergentes no son tan homogéneas como se cree. Probablemente estén a favor de cierta democratización de los organismos, pero de forma gradual y negociada. Aún así, resta saber si los países del ASEAN, Japón o Corea del Sur aceptarían que China tenga más protagonismo en estas instituciones.

Por lo tanto, las perspectivas de una reforma que reduzca el peso de las monedas Occidentales o de más lugar a los PED en las instituciones financieras globales, son reducidas, por lo menos, en el corto y mediano plazo.



Bibliografía.


[1] Carlos Pagni “El texto del acuerdo con China justifica el temor de la UIA.” Diario La Nación, 11 abril 2009.
[2] Luisa Corradini “Piden los países del BRIC diversificar el sistema de divisas.” Diario La Nación, 17 junio 2009.
[3] Andrew Batson “China pide una moneda de reserva que sustituya al dólar”. Wall Street Journal, Diario La Nación, 24 marzo 2009.
[4] Kate Linebaugh y Andrew Batson “China invierte en Blackstone y empieza a diversificar su portafolio.” Wall Street Journal, Diario La Nación, 21 mayo 2007.
[5] Joanna Slater “Desplazar al dólar sería una tarea titánica.” Wall Street Journal, Diario La Nación, 24 marzo 2009.
[6] José Antonio Sanahuja “Setenta años sin democracia: hegemonía y poder en las instituciones de Bretton Woods”. En Mesa y González Bustelo “Cartografías del poder” Anuario CIP, Editorial Icaria, 2005.
[7] Ídem.
[8] Ídem.

1 comentario:

Edgar Alejandro Huezo Saavedra dijo...

Muy buen analisis por parte del autor sobre este grupo que se ha dado por llamar en la jerga financiera:"BRIC". Me intereso mucho ya que estoy en proceso de realizar un trabajo de investigación sobre la importancia que va ganando en el escenario internacional este grupo de países.

Es bueno encontrar en la red que se vayan poco a poco gestando espacios en donde se aborde esta tematica que aún falta por estudiar...