lunes, 8 de junio de 2009

La vuelta de Francia a Medio Oriente.

El pasado 26 de mayo, el presidente francés inauguró la Base Militar “Campo de la Paz” en Abu Dhabi, capital de Emiratos Árabes Unidos (EAU).La Base ofrecerá espacio a las tres armas de las FF AA francesas. Contará con infraestructura naval para abastecer a 2 fragatas que, actualmente, prestan servicios en las costas de Somalia y aledaños, combatiendo a la piratería. El ejército tendrá una base denominada Zayed, ubicada en pleno desierto, donde entrenara a su personal. Y por último, establecerán la base Al Dhafra, donde la Fuerza Aérea desplegará aviones de combate.
A partir de julio, “Campo de la Paz”, contará con aproximadamente 500 hombres en total.

Para justificar la instalación de esta Base, Paris, alude a la protección de la dirigencia de EAU y a la provisión de asistencia a su Armada, que, como ya decíamos más arriba, cumple distintas labores en la zona. Sin embargo, la Base también debe ser considerada como un elemento de contención frente a Irán y su ambición de controlar el flujo de crudo que atraviesa el Estrecho de Ormuz. Saliendo del plano militar, la Base también servirá de vidriera para promocionar las armas francesas en el Golfo. En este sentido, los franceses esperan poder venderles unos 60 aviones Rafale. En síntesis, se trata de un ejemplo más de como la seguridad y la venta de armamento se presentan estrechamente vinculadas. Aunque con menor escala, es el mismo patrón que se presenta en la relación de EE UU con sus aliados y, con menor grado de compromiso, Moscú con Caracas.

Sin embargo, los datos relevantes a tener en cuenta son…

Se trata de la 1° base militar (por fuera de África) que los franceses instalan desde el final de los tiempos coloniales. La base, reubica a Francia en un ex dominio suyo y lo reposiciona con un actor geoestratégico en la región, a tener en cuenta.

A pesar que la presencia militar estadounidense es mayor, y seguirá siendo mayor en el mediano plazo, la instalación de la base demuestra, una vez más, que el poder no se delega y que los franceses no están dispuestos a dejar en manos de los norteamericanos el monopolio de las decisiones estratégicas sobre Medio Oriente.

Desde la perspectiva de los EAU, la presencia francesa confirma que la estrategia de enmeshment (es decir, involucrar y entrampar a Grandes Potencias en los asuntos de seguridad de los Estados débiles) es una política efectiva y que seguirá en alza.

A modo de conclusión, podemos afirmar que la vuelta de Francia a Medio Oriente, debe inscribirse en un contexto internacional cada vez menos unipolar y, lógicamente, tendiente hacia una multipolaridad.

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